July 16, 2020
Source: Bigstock
The “Islamic Renaissance” that Sultan Erdogan campaigns for today has little to do with what the Christian world experienced centuries ago. Then, Europe unearthed the beauty of the statues of Greece and Rome (fortunately there was no iconoclastic hysteria) and rediscovered classical wisdom, often preserved and translated by the sages of Persia and Al-Andalus.
The Lebanese writer Amin Maalouf confirmed this to me at his home in Paris: The key date is 1492. “From then on,” he said while we were having coffee and sweets from his beautiful country, which today has been destroyed by the dangerous fashion of preventive wars, “the West rose, while the Islamic world—which had recovered and translated the Greek philosophers, achieved milestones in poetry, medicine, astronomy, mathematics—plunged into an obscurantism that did not allow it to advance.”
The renaissance referenced by Erdogan begins with the conversion of the Hagia Sophia into a mosque, with what seems a return to religious ardor. The first prayer is expected on Friday the 24th. Pope Francis has shown his grief at this change. The Orthodox Church is up in arms, and UNESCO is concerned about the Byzantine icons and frescoes, which will have to be hidden because of the demands of Islamic worship.
The Turkish leader has changed a lot in ten years. Erdogan visited the cathedral mosque of Cordoba in 2010. His guide was the historian Luis Recio Mateo, who considered the then Turkish prime minister “a cultured and educated man.” When Erdogan showed disbelief about the orientation of the mosque, which is toward the south and not toward Mecca, the historian had to take out his compass to convince him and explain that it was the whim of the first Umayyad, Abderraman I, who, when he came to Cordoba persecuted by his Abbasid enemies, decided to erect the mosque like the one in Damascus, facing south.
The mosque was built in the eighth century on the site of the Basilica of San Vicente, which was erected by the Visigoths in the sixth century. It returned to Christian worship with the Reconquest. And the writer and totem of Iberian literature, Camilo José Cela, also gathers the old legend that says that long before that, it was a pagan temple dedicated to Janus, the god of the roads… All the swinging that usually happens with civilizations and the dust of history.
But the historian Recio Mateo has revealed his surprise to the newspaper ABC regarding the ideological metamorphosis of Erdogan:
“It strikes me now how he has changed his position. When I explained to him during his visit to Cordoba the ambivalence between Hagia Sophia and our cathedral, he said in an angry and presumptuous manner, ‘Yes, yes, there is historical ambivalence, but we Turks respect history much more than you do because Hagia Sophia is now a museum and not a mosque, and yet you do not respect our religious tradition.'”
Ten years later Erdogan does not think the same way and Hagia Sophia is a mosque again. Separation of religion and state? In Erdogan’s Islamic renaissance, that seems complicated. In the last century Kemal Ataturk also attempted another renaissance, more Turkish than Islamic, which laid the foundations of modern Turkey. But in politics, as in various temples that have changed their creed according to the conquests, whoever is in power is in charge.
And today in Turkey the renaissance is Islamic.
(The article in its original Spanish immediately follows.)
Renacimiento Islamico
El “renacimiento islámico” que preconiza hoy en día el sultán Erdogan poco tiene que ver con el que experimentó el occidente cristiano hace siglos. Entonces Europa desenterró la belleza de las estatuas de Grecia y Roma (afortunadamente no había histeria iconoclasta) y se reencontró con la sabiduría clásica, a menudo conservada y traducida por los sabios de Persia y Al Andalus.
El escritor libanés Amin Maalouf me lo confirmó en su casa de París: la fecha clave es 1492. “A partir de ahí—decía mientras tomábamos café y dulces de su bellísima tierra, hoy destrozada por la peligrosa moda de las guerras preventivas—, Occidente subió mientras el Islam, que había recuperado y traducido a los filósofos griegos, logrado hitos en poesía, medicina, astronomía, matemáticas…, se sumió en un oscurantismo que no permitió su avanzada.”
Pero el renacimiento al que se refiere Erdogan se inicia con la reconversión de Santa Sofía en mezquita, con lo que parece una vuelta al ardor religioso. El primer rezo se espera para el viernes 24 de julio. El Papa Francisco ha mostrado su aflicción por este súbito cambio. La Iglesia Ortodoxa ha puesto el grito en el cielo. Y la Unesco se muestra preocupada por los íconos y frescos bizantinos, que deberán ser ocultados por exigencias del culto islámico.
Mucho ha cambiado el mandamás turco en diez años. Erdogan visitó la mezquita catedral de Córdoba en 2010. Su guía fue el historiador Luis Recio Mateo, quien consideró al entonces primer ministro turco como “un hombre culto y educado.” Cuando Erdogan mostró incredulidad por la orientación de la mezquita, que está hacia el Sur y no en dirección a La Meca, el historiador tuvo que sacar su brújula para convencerlo y explicar que fue capricho del primer Omeya, Abderramán I, quien al venir a Córdoba perseguido por sus enemigos Abásidas, decidió erigir la mezquita como la de Damasco, mirando al Sur.
La mezquita se construyó en siglo VIII en el emplazamiento de la basílica de San Vicente, que erigieron los visigodos en el siglo VI. Regresó al culto cristiano con la Reconquista. Y el escritor y tótem de las letras ibéricas, Camilo José Cela, también recoge la antigua leyenda que cuenta que mucho antes fue un templo pagano dedicado a Jano, el dios de los caminos… Lo que suele pasar con las civilizaciones y el polvo de la historia.
Pero el historiador Recio Mateo ha desvelado su sorpresa al diario ABC por la metamorfosis ideológica de Erdogan:
“Me llama ahora la atención cómo ha cambiado de postura. Cuando durante la visita a Córdoba le expliqué la ambivalencia entre Santa Sofía y nuestra Catedral, de una manera airada y presumida me dijo: Sí, sí, existe ambivalencia histórica pero nosotros los turcos respetamos mucho más que ustedes la historia porque Santa Sofía es hoy museo y no mezquita, y, sin embargo, ustedes no respetan nuestra tradición religiosa.”
Diez años después Erdogan no piensa de la misma manera y Santa Sofía vuelve a ser mezquita. ¿Separación de religión y estado? En el renacimiento islámico de Erdogan eso parece complicado. En el siglo pasado Kamal Ataturk también intentó otro renacimiento, más turco que islámico, que sentó las bases de la Turquía moderna. Pero en política, al igual que en diversos templos que han cambiado de credo según las conquistas, manda quien tiene el poder.
Y hoy en Turquía el renacimiento es islámico.