March 26, 2020

Source: Bigstock

In ancient Greece glorious athletes competed naked, but in Tokyo they would have been forced to run the unhealthy marathon with a face mask. That would have been a rudeness of Olympic proportions that would make Baron de Coubertin’s hair stand on end!

Therefore, the IOC has been forced to suspend the Games this summer, and the sports competition, which has changed as much as the move from the Apollonian laurel wreath to medals, stops to the horror of those who practice sport on TV.

The first Greek Games that were established in the Peloponnese 2,700 years ago were designed so that warriors could train and have fun at the same time. Today they represent a formidable business above any fraternal sense. I doubt that many of today’s professional athletes know how to have fun, but that’s another matter.

Most athletes complain that they cannot train properly because of forced confinement. In spite of the viral video of an obsessive guy capable of running forty kilometers on his terrace, the athletes are protesting the unequal conditions. I don’t know what an Ethiopian or a Jamaican would say about it, since the inequality in training aid is gigantic according to country, but in any case, the Games are delayed by a year, which means a lot to an elite athlete.

Currently the most competitive race on the planet is the fight for medical equipment. The Germans report that up to 6 million face masks they had bought from China have disappeared at an airport in Kenya. Piracy and the international black market pounce on masks, respirators, and gloves…which can then be sold to the highest bidder.

“Currently the most competitive race on the planet is the fight for medical equipment.”

There is also another great public relations competition in the international arena. The dream of the European Union is quite shattered by its lack of unity. Much like every man for himself! Closing borders between E.U. countries makes it difficult to transport supplies. In the midst of the human tragedy that la bella Italia is suffering, it has been China, Russia, and Cuba that have offered the biggest help. They send medical equipment and supplies that will wash their totalitarian image better than any embassy. It is presumed that there will be a great change in the new world order after the coronavirus.

In Spain, the virus strikes with savage force and thunderous protests against the management by the socialist government of Pedro Sánchez and his communist partners. They encouraged a feminist rally shortly before declaring a state of emergency! The irresponsible propaganda won over common sense and that demonstration has been the cause of massive contagion. Furthermore, the tremendous lack of response and preparation when we saw Italy’s suffering has exacerbated the fury. Doctors and nurses fight like lions, but they are exposed due to a lack of proper equipment. The communist partners of the government go so far as to insult the millionaire aid from private entrepreneurs! Thus they dared to criticize the emperor of Zara, Amancio Ortega, who is much more skilled than any ministry when it comes to bringing the necessary equipment to Spain. They also promote attacks on the King, but Don Felipe has better relationships and prestige than any of them and dedicates his efforts to bringing aid to Spain.

Will the viral earthquake subside by summer? The consequences are already disastrous, but people will take to the streets with the joy of a survivor. After so much cackling about the loneliness of modern humanity in the cyber age, now all we want to do is throw our computers out the window and make a pilgrimage to the bar to chat, flirt, and socialize.

The existentialist Sartre cried, “Hell is other people!” from his table at the Cafe de Flore, but forced confinement, unless you’re a hermit, a yogi, or a solitary navigator, is proving very hard.

When the starting gun goes off, the race to the bar will break Olympic records.

(The article in its original Spanish immediately follows.)

Correr el Maraton Con Mascarilla

Si en la antigua Grecia los atletas competían gloriosamente desnudos, en Tokio se hubieran visto obligados a correr el insalubre maratón con una mascarilla. ¡Eso hubiera significado una olímpica grosería que pondría los pelos de punta al barón de Coubertin!

Por razones estéticas y víricas el COI se ha visto forzado a suspender los Juegos de este verano. Las olimpiadas, que han cambiado tanto como el paso de la apolínea corona de laurel al metal de las medallas, se detienen para espanto de los que practican deporte solo por televisión.

Los primeros Juegos griegos que se establecieron en el Peloponeso hace dos mil setecientos años fueron pensados para que los guerreros pudieran entrenar y divertirse al mismo tiempo. Hoy en día suponen un negocio formidable por encima de cualquier sentido fraternal. Y dudo que muchos de los atletas tan profesionales de hoy en día sepan divertirse, pero eso es otra cuestión.

La mayoría de atletas se quejan que no pueden entrenar debido al confinamiento forzoso. Aunque es viral el vídeo de un tipo obsesivo capaz de correr cuarenta kilómetros en una estrecha terraza, los atletas protestaban por la desigualdad de condiciones. No sé qué dirían al respecto un etíope o un jamaicano, pues la desigualdad en las ayudas para entrenar son siderales según los países. Pero en cualquier caso los Juegos se retrasan un año, lo cual significa mucho para un deportista de élite.

Actualmente la carrera más competitiva del planeta lucha por el pódium del material sanitario. Los alemanes denuncian que hasta seis millones de mascarillas que habían comprado a los chinos, han desaparecido en un aeropuerto de Kenia. La piratería y el mercado negro internacional se abalanza por mascarillas, respiradores, guantes…que luego podrán vender al mejor postor.

También hay otra gran carrera de relaciones públicas en la esfera internacional. El sueño de Europa está bastante resquebrajado por la falta de unidad de acción. Ha sido como un ¡sálvese quién pueda! El cierre de fronteras entre los países de la UE dificulta el transporte de suministros. En medio de la tragedia humana que vive la bella Italia, han sido China, Rusia y Cuba los que más se han ofrecido a ayudar. Envían médicos y material sanitario que lavarán su imagen totalitaria mejor que cualquier embajada. Se presume que habrá un gran cambio en el nuevo orden mundial después del coronavirus.

En España el virus golpea con fuerza salvaje y hay caceroladas de protesta por la gestión del gobierno socialista de Pedro Sánchez y sus socios comunistas. ¡Alentaron una manifestación feminista poco antes de declarar el estado de alarma! La irresponsable propaganda ganó al sentido común y esa manifestación ha sido causa de contagio masivo. También la tremenda falta de respuesta y preparación cuando veíamos a Italia sufriendo, pues era una cuestión de días el efecto contagio. Médicos y enfermeras luchan como leones, pero se ven expuestos porque carecen del equipo adecuado. Y, encima, los socios comunistas del gobierno insultan las ayudas millonarias de empresarios privados a la sanidad. Así se atreven a criticar al emperador de Zara, Amancio Ortega, que es mucho más hábil moviéndose que cualquier ministerio a la hora de traer a España los equipos necesarios. También promueven los ataques al Rey, pero Don Felipe tiene mejores relaciones y prestigio que cualquiera de ellos y dedica sus esfuerzos a traer ayuda a España.

¿Se calmará el terremoto vírico de cara al verano? Las consecuencias ya son desastrosas, pero la gente saldrá a la calle con la alegría del superviviente. Tanto cacarear con la soledad de la humanidad moderna en la era cibernética y resulta que estamos deseando arrojar el ordenador por la ventana y peregrinar al bar, charlar, coquetear, relacionarnos. El existencialista Sartre clamaba “¡el infierno son los otros!” desde su mesita del Café Flore, pero el confinamiento forzoso, a no ser que seas un ermitaño, un yogui anacoreta o un navegante solitario, está resultando una durísima prueba.

En cuanto den el pistoletazo de salida, la carrera al bar batirá cualquier récord olímpico.

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