April 09, 2020

Source: Bigstock

The drastic measures taken on Planet Virus have led to the largest repatriation in history of citizens to their countries of origin, which is very appropriate in cases of war. Millions of tourists have had to return home lamenting their luck when their vacation is shattered by a pandemic that breaks out during their first mai tai, their second daiquiri, or their third martini!

The first to be condemned were the Chinese, who, although seemingly on vacation, really do nothing but work. They denounced the xenophobic wave against them and put into practice the advice of some manual of ancient wisdom: “Of the 36 alternatives, the best is to flee.” This is how they closed all their shops with the sign: Closed for holidays. That is a good example of oriental humor, because such shops used to be open every day of the year.

The next groups to suffer from discriminatory attacks because of their origin were Italians and Spaniards, soon after the blame for the plague was transferred to the rest of Europeans. From India, Latin America, the Antipodes…they had to flee, nobody liked them, they were accused and suffered the threat of tropical confinement tied up to a coconut tree. Panic was already spreading faster than the plague.

Currently most of humanity is confined at home and economic activity has regressed to the times of the Industrial Revolution. Billions of people are locked up watching television as they dream of the moment they will be allowed to escape to the bar.

“Currently most of humanity is confined at home and economic activity has regressed to the times of the Industrial Revolution.”

Common instincts return slowly, at least on essential purchases. When the pandemic began, toilet paper was the first thing to disappear from markets. Now alcohol is the most demanded. Such confinement, glass in hand, opens the way to the imagination, and different theories arise for all tastes:

(1) War: The world is preparing for a new war that will confront USA and China, who are looking for international partners in crime. Citizen repatriation has been the first step.

(2) Ecological: The planet is being so depleted that it has to defend itself against humanity. This virus has reduced industrial activity in such a way that fish are seen again through the canals of Venice. Climate change can be reversed by stopping economic activity.

(3) Demographic: Seven billion people are too many for a sustainable world. Experts in this field argue that the ideal population would be one billion people. Basic income would rise stratospherically.

(4) Technological: 5G frequency waves are a danger to the health of humanity due to their alteration of the electromagnetic field. The virus is a reaction to these disturbances in the balance of physics and natural harmony. In some small towns in Europe there are already rebel tractors taking down 5G towers.

(5) Colonialist: Africa is the continent most neglected in health aid. The virus can decimate its population. To top it off, some Gaul colonialists intend to use the tribes of the heart of darkness as guinea pigs for the vaccine. That test vaccine would be a covert form of sterilization.

(6) Totalitarian: Since they stopped smoking in bars, freedoms have been dramatically restricted. The free movement of people no longer exists, the different democratic or communist governments have carte blanche to spy on their citizens, the immediate location by mobile phone, the promoted nanotechnology to transform us into trader robots…Big Brother is already here.

(7) The New Age: We are immersed in the era of Aquarius, the communicator. The virus is a test to stop the fast pace so that we get to know ourselves and each other better. People follow internet yoga courses at home, flirt with the macrobiotic diet, eat more soy and fewer bats. A change of consciousness is coming.

Of course there are many more theories, but these are the ones I hear the most from friends around the world. If the Prince of Lampedusa’s leopard thought that everything has to change to stay the same, now Henry Kissinger appears to alert us of dramatic changes in the New World Order.

In short, as a Russian grand duke confessed to a delightful Bolshoi dancer: “Between the outbreak of the Revolution and the firing squad, we can always get rid of our anxiety with a bottle of champagne.”

(The article in its original Spanish immediately follows.)

Las drásticas medidas que se han tomado en el planeta virus han supuesto la mayor repatriación en la historia de ciudadanos a sus países de origen, lo cual es muy apropiado en caso de guerra. Millones de turistas han tenido que regresar a casa lamentándose de su suerte: para unas vacaciones que se toman y ¡les estalla una pandemia al primer Mai Tai, al segundo Daiquiri, al tercer Martini!

Los primeros apestados fueron los chinos, que más que estar de vacaciones, lo que hacen es trabajar como chinos por el resto del mundo. Denunciaron una ola xenófoba en su contra y pusieron en práctica el consejo de algún manual de sabiduría ancestral de cultura milenaria: “De las 36 alternativas, la mejor es salir huyendo.” Así cerraron todos sus comercios con el cartel: Cerrado por vacaciones. Eso es una buena prueba de humor oriental, pues tales comercios solían abrir todos los días del año.

El siguiente grupo en sufrir de ataques discriminatorios fueron italianos y españoles, poco después la fama de apestados se traspasó al resto de europeos. De la India, Iberoamérica,

Las Antípodas…tenían que salir huyendo, no les querían, los señalaban con el dedo, sufrían la amenaza de un confinamiento tropical y ser forzosamente encadenados a una palmera cocotera. El pánico ya se propagaba más rápido que la peste.

Actualmente el planeta se encuentra confinado y la actividad económica ha retrocedido a tiempos del inicio de la Revolución industrial. Miles de millones de personas están encerradas viendo la televisión mientras sueñan con el momento que puedan escapar al bar.

Pero el sentido común regresa lentamente, al menos en las compras de primera necesidad. Si antes era el papel higiénico lo primero en terminarse, ahora es el alcohol lo más demandado. Tal encierro, copa en mano, abre la vía a la imaginación y surgen diferentes teorías para todos los gustos.

(1) La bélica: El mundo se está preparando para una nueva guerra mundial que enfrentará a China y Estados Unidos, que estarían haciendo acopio de aliados internacionales a beneficio criminal. La repatriación ciudadana ha sido el primer paso.

(2) La ecológica: El planeta está siendo tan esquilmado que tiene que defenderse de la humanidad. Este virus ha reducido la actividad industrial de tal forma que vuelven a verse peces por los canales de Venecia. El cambio climático se puede revertir parando la actividad económica.

(3) La demográfica. Siete mil millones de personas son demasiadas para un mundo sostenible. Los fríos expertos de este campo sostienen que la población ideal sería de mil millones de personas. La renta básica subiría de forma estratosférica.

(4) La tecnológica: El 5G es un peligro para la humanidad por su alteración del campo electromagnético. El virus es una reacción a estas alteraciones del equilibrio de las leyes de la física y la armonía natural. En algunos pueblos de Europa ya hay rebeldes tractores derrumbando las torres 5G.

(5) La colonialista: Africa es el continente más desamparado en ayuda sanitaria. El virus puede diezmar su población. Para colmo, algunos colonialistas galos pretenden usar las tribus del corazón de las tinieblas como cobayas de la vacuna. Esa vacuna en pruebas sería un modo de esterilización encubierta.

(6) La totalitaria: Desde que impidieron fumar en los bares, las libertades se han restringido de forma dramática. La libre circulación de las personas ya no existe, los diferentes gobiernos democráticos o comunistas tienen carta blanca para espiar a sus ciudadanos, la inmediata localización por el teléfono móvil, la impulsada nanotecnología para transformarnos en cotizantes robots…El Big Brother ya está aquí.

(7) La New Age: Estamos inmersos en la era de Acuario, el comunicador. El virus es una prueba para parar el ritmo acelerado y conocernos mejor. La gente sigue cursos de yoga por internet en casa, coquetea con la dieta macrobiótica, come más soja y menos murciélagos. Viene un cambio de consciencia.

Por supuesto que hay muchas más teorías, pero estas son las que más escucho de amigos repartidos por todo el mundo. Si el príncipe de Lampedusa opinaba que todo tiene que cambiar para seguir igual, ahora aparece Henry Kissinger alertando de los cambios del Nuevo Orden Mundial.

En fin, como confesó un gran duque ruso a una deliciosa bailarina del Bolshoi: “Entre el estallido de la Revolución y el pelotón de fusilamiento, siempre podremos quitarnos la ansiedad con una botella de champagne.”

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