January 09, 2020
Source: Ministry of the Presidency. Government of Spain
(The article in its original Spanish immediately follows.)
The Bella Dorita was that star of the Catalan cabaret who, in a bloody time for Spain, when the anarchists decreed a single and equal salary for all, commented: “Very well, then show the usher’s ass.”
Such a statement by Bella Dorita is the best lesson of Realpolitik and a clear defense of merit before the dictatorship of the lowest common denominator of unjust equality. Between the artist’s ass and that of the usher, there was a salary difference as stratospheric as her blessed difference. Naturally the beauty won, because in the cabaret common sense is usually imposed.
The problem is when we leave the healthy carnal and transgressive environment to listen to the new ayatollahs of the politically correct. They think of unbelievable totalitarian nonsense to dictate the lives of others! They intend to reeducate us in the timorous morale of slaves. A slave is, as Gore Vidal said, the one unable to do poetry. In the new farm we are all equal, but there are some more equal than others. It is a matter of dressage and mold.
Twenty-five hundred years ago, the great Taoist guru Lao Tzu wrote: “Imperceptible government, happy people; solicitous government, miserable people.”
The next government of Spain does not seem to be discreet. In a progressive social revolution or experiment to the Frankensteinish socialist party (PSOE), pacts with communists who eat with the hammer and sickle rather than with a knife and fork, anti-systems are converted into bourgeois exploitation. Cainite separatists who want to break the state model flirt with Republicans who burn photos of the king and even have the support of the political arm of the terrorist band ETA.
This is how President Pedro Sánchez has achieved a simple majority by two votes.
Such a Molotov cocktail seems unsustainable, but it has the incredible intention of remaining in power for four years. Sánchez is an adventurer in politics who has survived numerous betrayals within his own party. He is accused of following the most perverse advice of the prince Machiavelli and of being the greatest liar in the kingdom.
Only six months ago, Sánchez himself said he could not sleep with such government partners. To everyone’s surprise, he must have found a colossal sleeping pill.
A great coalition with the conservative party (PP) would have been less traumatic, with which it has many more things in common than with its current radical partners. But in the passionate Spanish political scene, personal affinities trump any common sense for the good of Spain.
In the Palacio de la Zarzuela, Sánchez has guaranteed his position. The king, who guarantees the constitutional order, has told him: “It has been quick, pain comes later.”
A very complicated legislature is expected.
Ah, if only there were at least a beautiful Dorita in this government!
Gobierno de Cabaret
La Bella Dorita era aquella estrella del cabaret catalán que, en una época sangrienta de España, cuando los anarquistas decretaron el salario único e igual para todos, comentó: “Muy bien, pues que enseñe el culo el acomodador.”
Tal declaración de la Bella Dorita es la mejor lección de Realpolitik y una clara defensa del mérito antes que la dictadura del más bajo denominador común de la torticera igualdad. Entre el culo de la artista y el del acomodador marchaba una diferencia de salario tan estratosférica como su bendita diferencia. Naturalmente ganó la bella, pues en cuestiones cabareteras el sentido común suele imponerse.
El problema es cuando salimos del sano ámbito carnal y transgresor para escuchar a los nuevos ayatolás de lo políticamente correcto. ¡La de tonterías totalitarias que se les ocurren para dictar la vida de los otros! Pretenden reeducarnos en una moral esclava y timorata—esclavo es, como decía Gore Vidal, aquel incapaz de hacer poesía—, en la nueva granja donde todos somos iguales pero los hay más iguales que otros. Es una cuestión de doma y molde.
Hace 2,500 años el gran gurú taoísta Lao Tsé sentenció: “Gobierno imperceptible, pueblo feliz; gobierno solícito, pueblo desgraciado.”
El próximo Gobierno de España no parece que vaya a ser discreto. En una ¿progresista? revolución social o experimento a la Frankenstein (según con quién comparta usted el café polarizado) el Partido Socialista (PSOE) pacta con comunistas que comen con la hoz y el martillo antes que con cuchillo y tenedor, antisistemas reconvertidos en aprovechados burgueses, separatistas cainitas que quieren romper el modelo de Estado, coquetea con republicanos que queman fotos del Rey y hasta tiene el apoyo del brazo político de la banda terrorista ETA.
Así ha logrado el presidente Pedro Sánchez una mayoría simple por dos votos de diferencia.
Tal cocktail molotov parece insostenible, pero tiene la increíble intención de permanecer cuatro años en el poder. Sánchez es un aventurero de la política que ha sobrevivido a numerosas traiciones dentro de su propio partido. Se le acusa de seguir los consejos más perversos de El Príncipe de Maquiavelo y de ser el mayor mentiroso del Reino.
Hace solo seis meses, el mismo Sánchez afirmó que no podría dormir con tales socios de gobierno. Para sorpresa general, ha debido encontrar un somnífero colosal.
Realmente hubiera sido menos traumático una gran coalición con el partido conservador (PP), con el cual tiene muchas más cosas en común que con sus actuales socios radicales. Pero en la apasionada política española mandan más las afinidades personales (y ambos líderes se odian), antes que cualquier sentido común por el bien de España.
En el Palacio de la Zarzuela Sánchez ha prometido su cargo. El Rey, que garantiza el orden constitucional, le ha dicho: “Ha sido rápido, el dolor viene después.”
Se espera una legislatura muy complicada.
¡Ah, si por lo menos hubiera una bella Dorita en tal Gobierno!